Por Gabriel Figueroa
Socio de E-Stratify | Miembro del Directorio de la Swisscham | Escritor en Forbes, Expansión y otros medios

Cuando todo cambia —por fuera y por dentro— también se abre una oportunidad: la de preguntarnos con honestidad y coraje:

¿Qué me inspira a seguir? ¿Qué quiero construir?

Vivimos tiempos intensos, pero también llenos de posibilidad para quienes deciden mirar hacia adentro y responder desde lo esencial.
Porque cuando todo parece moverse, hay algo que puede mantenerse firme:
tu claridad interna.

Cuando hacer no basta… ser lo cambia todo

Muchas veces nos dejamos llevar por la inercia del hacer:
cumplir, resolver, avanzar… sin detenernos a sentir.

Pero el verdadero liderazgo no nace de la prisa, sino de la presencia.
🌱 Nace cuando hacemos espacio para escucharnos.
Cuando elegimos actuar no desde la presión, sino desde la conexión.

Equilibrar el hacer con el ser no es una pausa:
es una estrategia poderosa para decidir mejor, liderar con sentido
y construir desde lo que importa.

Una frase que guía

“No es lo que cambia afuera lo que más nos desequilibra, sino lo que se desordena adentro cuando perdemos conexión con lo que nos importa.”

El impacto real del cambio no está solo en lo externo.
Está en cómo lo vivimos internamente.
Por eso, más que resistir, podemos reconectar:
con nuestros valores, nuestro propósito, y esa brújula interna que nos recuerda quiénes somos incluso en la tormenta.

Ecuador y el estrés colectivo… ¿y si lo vemos como una señal?

Según Gallup, Ecuador fue en 2023 el país más estresado de Latinoamérica. En 2024 bajamos al cuarto lugar.
Sí, el contexto es desafiante.
Pero también es una oportunidad para hacer algo distinto.

Más allá de las cifras, lo que importa es lo que elegimos hacer con lo que sentimos.
¿Y si el agotamiento colectivo fuera también un llamado a transformarnos?
¿A liderar con más conciencia, más humanidad, más sentido?

Volver a lo esencial: propósito, conexión y humanidad

En tiempos como estos, el propósito no es solo importante.
Es esencial.

Nos recuerda qué nos mueve.
Nos ancla cuando todo cambia.
Nos inspira a liderar con sentido, a crear culturas más sanas y decisiones más sabias.

“No estamos aquí solo para hacer. También estamos aquí para sentir. Para ser. Para recordar qué nos importa.”

Quizás lo más urgente hoy no sea hacer más.
Sino reconectar con lo que realmente importa.