
Cuando todo se tambalea: el momento de liderar desde adentro
Apr 09, 2025Por Gabriel Figueroa
Socio de E-Stratify | Miembro del Directorio de la Swisscham | Escritor en Forbes, Expansión y otros medios
En estos tiempos en los que la incertidumbre parece la nueva normalidad, una pregunta se vuelve cada vez más relevante:
¿Qué hace un líder cuando todo se tambalea?
Vivimos en lo que muchos reconocen como un mundo BANI:
Frágil, Ansioso, No lineal e Incomprensible.
Y en medio de esa complejidad, lo urgente muchas veces se impone… pero no necesariamente nos lleva a donde realmente queremos ir.
Con los años, acompañando a líderes y equipos en distintos contextos, he notado algo:
No son los más preparados quienes mejor navegan el cambio, sino los más conscientes.
Cuando no ves salida
A los 17 años, mi familia y el país atravesaban una fuerte crisis económica. No había ni para lo más básico. Ese sería mi último año de colegio y, siendo sincero, mis notas no me daban como para una beca.
Me sentía atrapado. Sin salida. Vivía esa sensación de túnel que experimentan los animales cuando se sienten amenazados. La visión se cierra, el cuerpo se tensa y parece que no hay alternativa.
Con 50 dólares en el bolsillo, tomé una decisión alocada (y necesaria): me fui a trabajar como mesero a otro país.
A las pocas semanas ya tenía trabajo. Me trasladaba 8 kilómetros de ida y 8 de vuelta en bicicleta, vestido con mi uniforme y una corbata ridícula de salsa tabasco. A veces regresaba en zigzag… porque teníamos la costumbre de no desperdiciar lo que no cabía en la copa de margarita.
Lavaba platos, servía, ayudaba en lo que hiciera falta.
Y algo increíble empezó a pasar: conocí personas maravillosas, viví decenas de pequeñas aventuras, y crecí muchísimo. Regresé con algo de dinero para ayudar a pagar mis estudios… y con una nueva versión de mí mismo.
Ese verano marcó el inicio de algo grande.
El cambio no se sobrevive, se atraviesa
Al año siguiente, con 18, me fui a trabajar como albañil. Me despidieron dos veces. La primera, por dejar un techo chueco. La segunda, por otras razones que ni recuerdo. Lo importante es lo que quedó:
Después de esos tres meses, había pasado nuevamente por una metamorfosis.
Volví con más ilusión, más aprendizajes, y una certeza:
El cambio es inevitable, pero siempre podemos crear nuestra propia versión del cambio.
Dos aprendizajes que me acompañan hasta hoy
- Atrévete a hacer algo fuera de lo esperado
Lo que parece un desvío, muchas veces se convierte en el verdadero camino.
Hacer algo distinto —aunque parezca arriesgado o absurdo— interrumpe el piloto automático. Nos obliga a detener nuestras respuestas automáticas, a activar otros recursos internos, y a ver el mundo con nuevos ojos.
Es en esas decisiones inesperadas donde desarrollamos claridad, adaptabilidad y coraje. Habilidades esenciales para liderar en tiempos inciertos.
- Vivir otras realidades transforma tu mirada (y tu liderazgo)
Solo cuando te permites salir de tu burbuja —desde lo más cotidiano hasta lo más incómodo— desarrollas empatía, humildad y una mirada más clara para tomar decisiones con sentido, no solo con rapidez.
Esa experiencia no solo me cambió como persona.
Me transformó como líder.
El liderazgo no se trata solo de estrategia, sino de presencia y conexión
En un mundo BANI, no basta con adaptarse.
Necesitamos líderes que se atrevan a parar, mirar profundo, y actuar desde la claridad. Que no solo reaccionen, sino que elijan.
Que no solo sobrevivan al cambio…
Sino que lo abracen, lo transformen, y lo lideren.